Red de Resistencia contra el S.A.P.
MANIFIESTO LEÍDO EN LA
CONCENTRACIÓN DEL
30 DE OCTUBRE DE 2023
[1] Somos la Red de Resistencia contra el falso Síndrome de Alienación Parental. Una
red de asociaciones que centra su actividad en la erradicación de esta forma de
violencia machista institucional.
[2] El Síndrome de Alienación Parental (S.A.P.) es una patología inventada en 1985
por el psiquiatra Richard Gardner. La invención de esta patología tenía como
objetivo principal encubrir los abusos sexuales que los padres (los progenitores
hombres) pudieran ejercer sobre sus hijas/os. La definición de este falso síndrome
asegura que incluso se pueden llegar a programar recuerdos falsos en una niña o
niño hasta el punto de que describa situaciones de abuso sexual o cualquier otro
abuso físico que no han existido. Esto se ha demostrado imposible.
Toda la comunidad científica ha negado la existencia de este síndrome, sin embargo,
debido a una cultura patriarcal y misógina que coloca constantemente a las mujeres
como manipuladoras y perversas, la posibilidad de que sea real, y de que sean las
madres las que se lo provoquen a sus hijas/os para dañar a los padres, ha ido calando
en espacios de toma de decisión. Dos de los espacios más relevantes son la judicatura
y los servicios sociales. Por este motivo hablamos de violencia machista
institucional.
Hacer alusión a este falso síndrome en sentencias judiciales o en informes
psicosociales está prohibido por ley, sin embargo, encontramos su utilización
constantemente; ya no se utiliza este término (S.A.P.) pues, como decimos, está
prohibido, pero se utilizan términos cuyo significado es el mismo: madre
sobreprotectora, interferencias parentales, preocupación mórbida… podríamos estar
así horas, pues las formas bajo las que se camufla la aplicación de este falso síndrome
son infinitas. El resultado, sin embargo, es el mismo: se coloca el foco de la sospecha
sobre la madre, siendo ella la que tiene que terminar demostrando que no es un
peligro para sus hijas/os. Esto es especialmente sangrante en los casos en los que la
mujer ha denunciado o verbalizado situaciones de violencia machista.
Los hombres violentos están utilizando la obtención de la custodia de sus hijas como
nueva forma de violencia machista. Los abogados y abogadas que les defienden lo
saben, son cómplices. Deciden ayudar a estos hombres violentos y colocan a su
servicio todo su conocimiento sobre el sistema judicial. Así, manipulan pruebas,
chantajean, y utilizan sus contactos para agilizar o demorar trámites en función de
lo que convenga. Pero estas no son sus principales armas, ni siquiera las más
peligrosas. Su principal arma es saber que el sistema judicial se rige por un principio
claro, un principio a veces inconsciente y a veces totalmente consciente y legitimado:
el déficit de credibilidad de las mujeres frente al exceso o superávit de credibilidad
de los hombres.
[3] El resultado de todo esto es, por ejemplo, que lleguen a quitar la custodia de sus
tres hijas a una madre para dársela al padre aun pesando sobre él una condena
judicial por agresión a una de las hijas y teniendo un proceso abierto por agresiones
continuadas a otro de sus hijos. Esto es lo que le acaba de pasar a una de nuestras
compañeras. Mención especial, en este caso, al equipo educativo del colegio de esas
niñas/os, que no solo miró para otro lado, algo habitual en estos casos, sino que negó
lo que una de las niñas le había confesado: que su padre les trataba mal.
El resultado también es, por ejemplo, que la Diputación quite la tutela de sus dos
hijas a una madre con una sentencia judicial que le acredita como víctima de
violencia machista mientras se le argumenta que es un peligro para sus hijas por
seguir teniendo contacto con su agresor. Esto es lo que le acaba de pasar a otra de
nuestras compañeras.
Y así, suma y sigue. Casos y casos en los que las madres, sobre todo las que
denuncian a los padres de sus hijas por violencia machista, terminan, en un giro
perverso de los acontecimientos, siendo cuestionadas, culpabilizadas,
criminalizadas y castigadas por un sistema que coloca el supuesto derecho de los
hombres a tener relación con sus hijas/os por delante del derecho de las y los
menores y sus madres a vivir una vida sin violencia.
Es violencia machista institucional.
[4] Los últimos lunes de cada mes nos concentraremos como lo estamos haciendo
hoy. Estas concentraciones tienen dos objetivos principales:
- El primero es denunciar que este tipo de violencia machista sobre niñas, niños y sus
madres solo es posible mediante el beneplácito de las instituciones públicas. Las
personas responsables de los espacios de toma de decisión saben, porque numerosos
estudios así lo denuncian, que la aplicación de este falso síndrome es constante. Lo
saben y no están colocando los mecanismos adecuados para acabar con esta práctica.
- El segundo objetivo es llegar a las mujeres que estéis en situación de batalla por la
custodia y os estéis sintiendo desprotegidas; a las que sintáis miedo ante la
posibilidad de que vuestras hijas e hijos queden en manos del hombre cuya violencia
conocéis bien.
Nuestro correo electrónico de contacto es: redcontraelsap@gmail.com
HERMANAS, NO ESTÁIS SOLAS