En
los últimos días, con apenas unas horas de diferencia, tres mujeres han
sido víctimas en Euskadi en dos casos de agresiones machistas. Uno de
ellos relacionado con la celebración de las fiestas; el último pretexto
para que algunos hombres desaten su violencia contra las mujeres. El
último ataque ha ocurrido en San Sebastián, antes hubo otros en Algorta y
Pasajes.
Mientras, no sePUEDE olvidar
que en solo 10 días, 5 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o
exparejas en España. Y, son 35 las muertes por violencia de género en lo
que va de año.
¿Ha llegado el momento de pasar a la autodefensa feministaCOMOproponían las convocantes de la manifestación contra la agresión a una joven en las fiestas donostiarras?
“Todas las criaturas tienen queAPRENDER que
existen depredadores. Sin este conocimiento, una mujer no podrá
atravesar su propio bosque sin ser devorada”, escribía a finales del
siglo pasado Clarissa Pinkola, psicoanalista y autora de ´Mujeres que
corren con lobos`, traducido a más de una veintena de lenguas.
La realidad es que la violencia machista no cesa. Los dos casos más recientes en el País Vasco son distintosPERO ambos, diabólicos. Los recuerdo brevemente:
El
primero sucedió en Portugalete. Dos individuos sacan a golpes de una
casa a la expareja de uno de ellos. La apalean, arrastran del pelo y ya
en la calle, la ponen contra laPARED mientras uno aprieta su cuello y el otro sujeta a una amiga que acude a los gritos de la víctima.
Una vecina avisa a laERTZAINTZA.
Llegan varias patrullas y también la Policía Municipal. Los agresores
se revuelven aún más cuando ven que su plan ha fallado y van a ser
detenidos. Ante los hechos, parece que existe un delito de violencia de
género, varios por intento de secuestro y agresiones. La Ertzaintza así
lo entendió y añadió otros como daño contra los agentes y los vehículos
en los que fueron trasladados. Y, ¿el juez? ¿Qué entendió? Dejó en
libertad a los dos hombres.
¿Debe un juez dejar en libertad a un hombre que intenta secuestrar a su expareja de manera salvaje en compañía de un amigo?
El
segundo caso ocurrió apenas unas horas más tarde, en San Sebastián. Un
tipo ataca sexualmente a una joven en la oscuridad de la primera noche
festiva de la ciudad. La víctima intenta zafarse de su agresor que,
finalmente, huye ante los gritos de la chica. La mujer haPRESENTADO la denuncia y la Policía Autónoma busca al agresor.
Y,
pregunto ¿si le identifican y detienen? ¿Qué hará el juez? Un intento;
es solo un intento. Meter la mano por debajo del pantalón corto, como se
detalla en las noticias, quizá no seaPARA tanto, según las leyes. Pero, ¿y si la víctima no logra ahuyentarle…?
Porque,
y volviendo al caso de Portugalete –por ceñirme al último y no ahondar
en otras decisiones judiciales en relación con la violencia de género-
¿no ha encontrado el juez motivo legal alguno para castigar a los dos
agresores? ¿No considera que el intento de secuestro con violencia
física a una expareja merece prisión preventiva? ¿No teme que vuelvan a
intentarlo y quePUEDAN tener éxito?
En fin, ¿quién defiende a las víctimas de la violencia machista?
Supongo que su señoría considera que no es su labor responder a estas preguntas. Su función es aplicar la ley. Y ¿dóndeESTÁ el sentido de la justicia? ¿Qué hay deINTERPRETARLA,
de pensar? Porque, no hacerlo es muy peligroso. ¿Puede un juez adoptar
una decisión injusta, que incluso pone en peligro la vida de personas,
amparándose -supongamos que es el caso- en que su función es solo
aplicar la ley?
Cuando
dejamos de pensar, dejamos de discernir. Dejamos de ser persona. Y es
esa incapacidad de pensar la que propicia que muchos hombres, normales y
corrientes,PUEDAN cometer
actos incomprensible y hasta de barbarie. Son palabras de Hannah
Arendt, reconocida como una de las filósofas y escritoras más brillantes
del siglo XX.
¿Piensan
los depredadores en el daño a sus víctimas? En todo caso, su propio
interés está por encima de cualquier consideración. Saben lo que hacen
pero carecen de empatía. Lo justifican y se amparan en “se lo merece”.
Casi siempre subyace una falta de respeto a las mujeres, de educación en valores e igualdad.
Una agresión sexistaTIENECOMO objetivo mantener una relación de poder, abusando de la fuerza física y del miedo de la víctima.
Parece
incomprensible que aún haya hombres –y, me temo que también algunas
mujeres- que bromeen con ciertas palabras que atacan la dignidad de las
mujeres. Que no entiendan que el acoso y los tocamientos son una
agresión. Es intolerable que haya machos que no comprendan que cuando
una mujer dice “no” es “no”. ¿En qué siglo creen que viven?
A
veces, al observar a chicos adolescentes asusta su comportamiento con
las chicas de su edad; cómo les tratan, las palabras insultantes que les
profieren. Los gestos, miradas y desprecios. Y, muchas de ellas siguen
sentadas a su lado. O lloran. ¿Qué ven esos chicos en casa? ¿Qué les
enseñan? La educación, el respeto, el derecho a la igualdad se debeINICIAR en la familia. Después es muy difícil recomponer.
Porque
la gran mayoría de los agresores sexuales son jóvenes. También los
hombres que, como el de Portugalete, son verdugos de las mujeres
víctimas de la violencia de género. Este tiene 32 años, los mismos que
su amigo colaborador en el secuestro fallido.
Son
del tipo de depredadores de los que hay que mantenerse alejada – y
legisladores, jueces, policía, la sociedad en su conjunto deberían
ayudar a facilitarlo - para que las mujeresPUEDAN atravesar su propio bosque sin ser devoradas.