Madrid, 16 jul. 13. AmecoPress. Patricia
Simón eligió una perspectiva a la hora de desarrollar la profesión
periodística: la defensa de los derechos humanos con un enfoque de
género. Para ello ha sorteado la superficialidad impuesta por la
inmediatez o la sórdida tendencia a mostrar el victimismo en un mundo
mediático encorsetado por la necesidad de vender. Desde su posición como
subdirectora de Periodismo Humano vela por dar voz y protagonismo a las
mujeres, que son el eje central de las historias que se narran. Y es
que, según ella, el periodismo puede contribuir a cambiar la percepción
que tienen las personas de sí mismas y, por tanto, su acción.
La
Asociación Española de Mujeres de los Medios de Comunicación (Ameco) ha
reconocido la labor de esta joven periodista en su VII Edición de los
Premios ‘Prensa –Mujer’ “que bianualmente destacan la labor informativa
efectuada por colectivos y mujeres profesionales del periodismo a favor
de la igualdad de género en el último año.
¿Qué supone ser una de las galardonadas con los Premios ‘Prensa-Mujer’ de Ameco?
Me da mucha
alegría. El enfoque de género es aún muy desconocido y a mí me interesa
mucho. Son las organizaciones las que han logrado avances en la difusión
de esta perspectiva tan necesaria que es la igualdad.
Hay un
momento en el que tú decides fusionar tu formación política y
periodística para la defensa de los derechos humanos con un enfoque de
género. Coincide con un viaje a Brasil. ¿Qué sucedió?
Previamente a
mi viaje a Brasil, sentía que tanto mi formación como mi experiencia
periodística, en la televisión, era insuficiente, superficial de algún
modo. Hay un giro y un cambio de enfoque coincidiendo con mis estudios
en Relaciones Internacionales y mi viaje a Brasil: me di cuenta de que
era útil como periodista, pero abordando temas como el género, los
derechos humanos o la violencia.
Siempre he
tenido muy presente el modelo de mi abuela, una mujer pobre, analfabeta,
víctima de violencia de género, que perdió un hijo, pero que era quien
me transmitía la alegría, el espíritu de lucha, la fuerza. La diferencia
entre mi vida y la de mi abuela o la vida de tantas mujeres está basada
en las diferencias de oportunidades y en el acceso a la educación, la
sanidad o los servicios sociales. Y estas diferencias se producen, no
porque no haya recursos, sino que son una cuestión social.
¿Crees que el periodismo construye, que puede contribuir a cambiar el mundo?
Creo que desde
el periodismo se pueden cambiar pequeños espacios. Podemos cambiar la
percepción que tienen las personas de sí mismas y esto es fundamental
porque desde ahí se producen cambios en el hacer. Las personas que nos
encontramos desarrollando nuestra labor periodística, al verse narradas,
cambian su forma de concebirse.
"No son víctimas, son supervivientes"
Es
cierto que en tus artículos y reportajes muchas veces las protagonistas
son personas que eran receptoras de la información y no estaban
destinadas a salir en los medios a no ser que fuera desde su concepción
de “víctima”. ¿Cómo se cambia el enfoque? ¿Cómo se establece la relación
con estas personas y se les da espacio?
Es la forma que
tienes de mirar a esas personas lo que muestras en tus reportajes. Y
creo que es fundamental que se les trate bien, que se les mire bien, que
se muestren sus fortalezas y habilidades….que por otra parte me abruman
y conmueven muchas veces.
Por ejemplo, en
los reportajes sobre la trata, es fundamental cambiar el punto de vista
sobre las mujeres; efectivamente son víctimas del fenómeno, pero
también son mujeres que han conseguido salir de esa situación de
violencia, que han tomado decisiones, que han elegido, que han cambiado,
y eso es mucho más importante que todo lo demás. Hay que cambiar el
relato: no son víctimas, son supervivientes. Si las reduces a su
condición de víctimas estás falseando la realidad.
La
trata es un tema en el que has profundizado a través de tus reportajes.
¿Dónde están los principales obstáculos para acabar con este fenómeno?
Pienso que hay
carencias que surgen no tanto en el marco jurídico sino en su
aplicación. Es muy difícil identificar a las víctimas y eso está
indicando que algo falla. Legalmente la protección a las mujeres está
ligada a la denuncia y eso desde mi punto de vista es un error. Las
mujeres tienen derecho a la protección, denuncien o no. Creo también que
mezclar el debate sobre prostitución con la lucha contra la trata
perjudica muchísimo. En definitiva, la trata es consecuencia del mundo
en el que vivimos, un mundo con tantas desigualdades da lugar a la
explotación.
¿Cómo evaluarías el tratamiento de la información en los medios desde la perspectiva de género? ¿Vamos avanzando?
Creo que los
despidos y el cierre de medios afecta al desarrollo de una información
de calidad. La dinámica de los medios de comunicación deja poco espacio
para hacer buen periodismo y para incluir el enfoque de género, a no ser
que lo tengas muy internalizado. Muchos periodistas no vuelven a
formarse desde que acaban la carrera y por otra parte, las jornadas
laborales y las dinámicas de los medios no dejan tiempo y generan
frustración. A pesar de todo, cada vez hay más periodistas que tratan de
incorporar este enfoque en los medios y poco a poco, se va conociendo y
teniendo en cuenta.
¿Por qué se sigue recurriendo a fuentes masculinas la mayoría de las veces?
Por lo mismo,
porque es lo fácil, lo que lleva menos tiempo: hombres de 50 años con
algún vínculo académico. Por eso es muy importante incorporar a mujeres
jóvenes –por cierto, por eso me gustó mucho la apuesta de los Premios
Ameco por tres mujeres jóvenes-. Buscar a las mujeres y darles espacio
es una muestra de rebeldía. Así construimos, en red, y vamos sumando.
Medios de Comunicación,
Voces de mujeres,
Comunicación y género,
Madrid,
Martes 16 de julio de 2013, por Gloria Lópe
Foto: Archivo AmecoPress
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