“Ella llevaba un vestido sugerente,
tacones altos, mucho maquillaje y él era un torpe donjuán”. Con este
argumento, un magistrado canadiense rehusó encarcelar a un violador. En
pleno siglo XXI, sentencias como ésta siguen malqueriendo a las mujeres
http://www.elcorreo.com 08.01.13 - 00:11 -ITSASO ÁLVAREZ |
"Violar a una mujer de mundo es menos grave que violar a
una virgen de 18 años". "Llamar zorra a una esposa no es un insulto
cuando se emplea para describir a un animal que debe actuar con especial
precaución". Ambas afirmaciones suenan a despropósito, pero son parte
de unas sentencias emitidas por jueces. 2012 se llevó consigo varios
fallos judiciales de este tipo, auténticas perlas que poco o nada hacen
por la igualdad de género. Sentencias que en pleno siglo XXI malquieren a
muchas mujeres o las minimizan a la última expresión y que demuestran
que, si bien nuestro ordenamiento jurídico es generoso en la
consagración de los derechos de las mujeres (a la vida, a la libertad, a
la integridad física, psíquica y sexual, a la dignidad, a la igualdad y
no discriminación), las prácticas internas están muchas veces lejos de
honrar estos compromisos.
La organización sin ánimo de lucro Women’s Link Worlwide
vigila desde hace una década cómo se aplican las leyes de género en todo
el mundo y tiene en cuenta que en todos los países, sin importar su
sistema político, tradiciones o creencias religiosas, los comentarios de
los magistrados, cortes y tribunales tienen una influencia enorme en el
sentido de justicia y la vida diaria de los ciudadanos. Uno de sus
objetivos es que la interpretación de las leyes escritas en los
diferentes códigos legales de cada país no esté sesgada o condicionada
por estereotipos culturales y que perjudican a los derechos humanos, en
general, y los de la mujer, en particular.
Así pues, cada año destaca las sentencias en negativo
infectadas por estereotipos de género y hace lo propio con los fallos
judiciales que encuentra en positivo, que afortunadamente también los
hay. Como cuando el Tribunal de Estrasburgo consideró la violencia
doméstica como una discriminación por género o como cuando la Corte
Iberoamericana de Derechos Humanos señaló a un Estado responsable de
tortura en el caso de una niña violada por militares. Pero veamos ahora
que no todos los jueces aman a las mujeres.
Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia de Afganistán.
Caso Gulnaz/Abdul Ahad. Gulnaz es condenada a doce años de prisión por
adulterio tras haber sido violada por su primo. Las autoridades le
ofrecen la libertad a cambio de aceptar casarse con su agresor. Por
desgracia, este caso representa la situación en la que se encuentran más
de la mitad de las mujeres encarceladas en aquel país, encerradas por
delitos contra la moral, según un estudio reciente de Naciones Unidas.
El sumario iba a ser tema central de un documental financiado por la
Unión Europea hasta que los diplomáticos lo censuraron por temor a
represalias contra las mujeres y por sus relaciones con el Gobierno
afgano. Gulnaz fue finalmente indultada.
Corte Suprema de Estados Unidos.
Caso Wal-Mart Stores versus Dukes. El tribunal decide que un grupo de
un millón y medio de mujeres empleadas en los grandes almacenes Wal-Mart
que denunciaron ser víctimas de discriminación de género en relación
con el salario y los ascensos no tiene suficiente en común (¡un millón y
medio de mujeres!) para poder presentar una acción judicial colectiva
en contra de la compañía. Las demandantes presentaron datos estadísticos
sobre las diferencias de remuneración y promoción entre hombres y
mujeres en la empresa, informes anecdóticos de discriminación por parte
de 120 empleadas y el testimonio de un sociólogo. Hubo un voto disidente
de una jueza que señaló que las mujeres ocupan el 70% de los empleos
por hora ubicados en las tiendas de Wal-Mart, pero sólo el 33% de los
puestos administrativos. Es decir, pocas mujeres en los cargos de
relevancia o, lo que es lo mismo, las mujeres en Wal-Mart ganan menos.
Canadá. Corte de Manitoba. En
un caso de violación, el juez sugiere que el uso de maquillaje,
minifalda y escote de la víctima provocaron al acusado y fueron los
causantes del delito. En palabras del magistrado, "ella llevaba un
vestido sugerente, tacones altos y mucho maquillaje. El sexo estaba en
el aire". Asimismo, se niega a condenar al procesado, a quien califica
como un "torpe don Juan". Muestra de que incluso en los países más
desarrollados se sigue culpando a algunas víctimas de violación de
provocar estas agresiones.
Jurisdicción Primera Criminal y de Menores de Siete Lagos (Brasil).
El juez Edilson Rumbelsperger rechaza varios casos de violencia
doméstica porque… En fin, nada mejor que sus palabras para explicar el
porqué: "La mujer moderna que se dice independiente, que ni necesita
padre para sus hijos, sólo de los espermatozoides, porque se frustró
como mujer, como femenino. Ahora bien, la desgracia humana comenzó en el
Edén. Por culpa de la mujer, como todos sabemos, pero también por la
ingenuidad, tontería y fragilidad emocional del hombre. (…) ¡El mundo es
masculino! ¡La idea que tenemos de Dios es masculina!".
Turquía.
Una mujer casada es despedida de la peluquería donde trabaja por haber
mantenido relaciones sexuales con un compañero. En la carta de despido
le fue especificado que su conducta había sido inmoral e inaceptable
para la política empresarial. Sin embargo, el trabajador con el que
mantenía la supuesta relación extramatrimonial mantuvo el puesto. Los
tribunales nacionales no encontraron discriminación basada en el género.
El Comité para la Eliminación de todas las formas de Discriminación
contra la mujer de la ONU consideró después que los jueces que llevaron
el caso basaron su decisión en "prejuicios sexistas e ideas
estereotipadas acerca de la moral sexual de las mujeres".
Madrid, julio de 2012.
En una sentencia sin precedentes, el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos condena a España por no investigar actos de violencia policial y
racistas contra una mujer de origen nigeriano. Mientras le golpeaban
con la porra, agentes de la Policía Nacional de Palma de Mallorca le
gritaron "puta negra", entre otros insultos discriminatorios, bajo el
pretexto de realizar controles de identidad. El caso agotó todas las
instancias nacionales sin que ningún tribunal investigara los hechos,
hasta que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó finalmente a
España a pagar una indemnización de 30.000 euros a esta mujer,
reconociendo así el profundo sufrimiento y humillación que ocasiona la
discriminación y la violencia. "Espero que este caso ayude a que esta
situación no se vuelva a repetir", dijo la mujer una vez conocido el
fallo y recuperada su dignidad.
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