“Para los hombres, el aborto es una cuestión científica, jurídica, ética; para nosotras, las mujeres, es una cuestión de violencia y sufrimiento. Aunque exigimos la derogación de todas las leyes que castigan el aborto y la creación de estructuras que permitan realizarlo en condiciones óptimas, nos negamos a considerar este problema separadamente de todos nuestros otros problemas, de la sexualidad, la maternidad, la socialización de los hijos, etc.”
No creas tener derechos. Librería de Mujeres de Milán (2004:79)
No voy a repasar la cantidad de prejuicios y clichés que en estos días se están vertiendo desde las filas más conservadoras de la derecha en España planteando la revisión de la Ley del aborto, restringiendo, aún más este derecho.
Tan
sólo quiera recordarle al ministro de Justicia Sr. Ruíz Gallardón que
desde hace treinta y cinco años las españolas -al igual que los
españoles- somos responsables de nuestro actos, somos ciudadanas y, por
ello, podemos ejercer el derecho al aborto, aunque todavía no de forma
libre, gratuita y accesible, como nos gustaría.
No
necesitamos que usted -seguro que con su mejor intención patriarcal-
señale que en la revisión de la Ley del aborto se tendrá en cuenta (como
mejora) que “nunca será juzgada una mujer por abortar porque no es
responsable”.
Perdone,
pero nosotras no somos responsables de la violencia de género que
sufrimos, tampoco de la que es infringida desde las instituciones. No
somos responsables de las violaciones, ni del desempleo, ni de que nos
desahucien, ni de vernos obligadas a tener que migrar o a tener una
descendencia que no deseamos. Pero eso parece que a usted, a su
ministerio y a su gobierno, no les importa.
Por otra parte, sí somos responsables de ejercer nuestros derechos y, entre ellos, está el derecho a abortar.
Hace
años que los Derechos Humanos, son también los Derechos de las Humanas.
Le recuerdo que entre dichos derechos se encuentra el derecho a la
vida, a la integridad física, psíquica, emocional y social, al bienestar
y al bienvivir. Y que esto no es una entelequia, no puede ser ejercicio
en diferido, ni de vez en cuando.
Estos
derechos -como todos- han de ser ejercidos en primera persona y
siempre. A no ser que usted considere que las mujeres no somos sujetos
socialmente responsables y necesitemos de alguna tutela, por parte del
Estado, de “los legisladores”, la Iglesia, o de cualquier otro tipo de
patriarcado institucional o personal.
Si
fuera así, sepa usted que no está autorizado a hablar en nombre mío.
Sepa también que, éticamente, se extralimita usted al hacer un uso
sexista, misógino y clasista de su cargo.
Sepa
usted que somos muchas, somos millones, las mujeres que desde hace, al
menos, trescientos años estamos ensanchando nuestra ciudadanía sin que
usted, ni personas como usted se hayan comprometido con nosotras ni con
nuestro movimiento.
Sepa
usted que los derechos no son concedidos sino conquistados y que
ninguna mujer con conciencia de género va a renunciar a sus derechos, ni
a su vida, ni a su salud, ni a su estar y existir como sujeto
socialmente responsable y como ser humana, aunque usted y los intereses que representa se empeñen en lo contrario.
Madrid, 23 may. 13. AmecoPress.-
Opinión, Aborto, Madrid, Jueves 23 de mayo de 2013, por Rosario Cinta Carrasco
Foto: Archivo AmecoPress.
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