martes, 28 de mayo de 2013

Es nuestro cuerpo, es nuestra vida y nuestro bienestar...Cada una de nosotras decide

“Para los hombres, el aborto es una cuestión científica, jurídica, ética; para nosotras, las mujeres, es una cuestión de violencia y sufrimiento. Aunque exigimos la derogación de todas las leyes que castigan el aborto y la creación de estructuras que permitan realizarlo en condiciones óptimas, nos negamos a considerar este problema separadamente de todos nuestros otros problemas, de la sexualidad, la maternidad, la socialización de los hijos, etc.”

No creas tener derechos. Librería de Mujeres de Milán (2004:79)


No voy a repasar la cantidad de prejuicios y clichés que en estos días se están vertiendo desde las filas más conservadoras de la derecha en España planteando la revisión de la Ley del aborto, restringiendo, aún más este derecho.
Tan sólo quiera recordarle al ministro de Justicia Sr. Ruíz Gallardón que desde hace treinta y cinco años las españolas -al igual que los españoles- somos responsables de nuestro actos, somos ciudadanas y, por ello, podemos ejercer el derecho al aborto, aunque todavía no de forma libre, gratuita y accesible, como nos gustaría.
No necesitamos que usted -seguro que con su mejor intención patriarcal- señale que en la revisión de la Ley del aborto se tendrá en cuenta (como mejora) que “nunca será juzgada una mujer por abortar porque no es responsable”.
Perdone, pero nosotras no somos responsables de la violencia de género que sufrimos, tampoco de la que es infringida desde las instituciones. No somos responsables de las violaciones, ni del desempleo, ni de que nos desahucien, ni de vernos obligadas a tener que migrar o a tener una descendencia que no deseamos. Pero eso parece que a usted, a su ministerio y a su gobierno, no les importa.
Por otra parte, sí somos responsables de ejercer nuestros derechos y, entre ellos, está el derecho a abortar.
Hace años que los Derechos Humanos, son también los Derechos de las Humanas. Le recuerdo que entre dichos derechos se encuentra el derecho a la vida, a la integridad física, psíquica, emocional y social, al bienestar y al bienvivir. Y que esto no es una entelequia, no puede ser ejercicio en diferido, ni de vez en cuando.
Estos derechos -como todos- han de ser ejercidos en primera persona y siempre. A no ser que usted considere que las mujeres no somos sujetos socialmente responsables y necesitemos de alguna tutela, por parte del Estado, de “los legisladores”, la Iglesia, o de cualquier otro tipo de patriarcado institucional o personal.
Si fuera así, sepa usted que no está autorizado a hablar en nombre mío. Sepa también que, éticamente, se extralimita usted al hacer un uso sexista, misógino y clasista de su cargo.
Sepa usted que somos muchas, somos millones, las mujeres que desde hace, al menos, trescientos años estamos ensanchando nuestra ciudadanía sin que usted, ni personas como usted se hayan comprometido con nosotras ni con nuestro movimiento.
Sepa usted que los derechos no son concedidos sino conquistados y que ninguna mujer con conciencia de género va a renunciar a sus derechos, ni a su vida, ni a su salud, ni a su estar y existir como sujeto socialmente responsable y como ser humana, aunque usted y los intereses que representa se empeñen en lo contrario.
Madrid, 23 may. 13. AmecoPress.- 
Opinión, Aborto, Madrid, Jueves 23 de mayo de 2013, por Rosario Cinta Carrasco

Foto: Archivo AmecoPress.

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