jueves, 20 de noviembre de 2014

El machismo mata

El machismo lo sufrimos todas y todos. El machismo mata.

¿Sabes cuántas de las mujeres que conoces: amigas, compañeras de trabajo, hijas, hermanas, madres o abuelas han sido o son objeto de violencia machista? Es el mismo porcentaje aproximado que en Europa y en España.

Una de cada tres mujeres en Europa y una de cada cinco en España ha sufrido violencia física o sexual. Sólo uno de cada cuatro de estos casos se denuncia y las tan cacareadas denuncias falsas únicamente suponen un 0,018 de las tramitadas.

Los casos de violencia de género registrados en Euskadi entre enero y octubre de 2014 se elevan a la escalofriante cifra de 3.858. Son 101 más que en el mismo periodo del año pasado, lo que evidencia que este tipo de violencia no para de crecer y urge reforzar las campañas de prevención y sensibilización institucionales que se llevan a cabo. Hagamos un ejerció de simulación y multipliquemos esa cifra por cuatro para acercarnos a la cantidad real. Tendríamos 15.432 casos de violencia en Euskadi en lo que llevamos de año.

Estoy convencida de que, para acabar con esa lacra, la solución pasa por una mejor educación y por empatizar con las victimas. El anterior Gobierno vasco socialista implantó un programa educativo y de concienciación, en el que algunas mujeres, todas ellas con el común denominador de haber sufrido una larga trayectoria de agresiones y vejaciones, tanto físicas como psíquicas por parte de sus parejas, acudían a las aulas de colegios e institutos vascos para narrar su testimonio a escolares de entre 14 y 18 años. Ello tras haber superado esa trágica situación de violencia y recibir una formación. Lamentablemente este programa fue eliminado hace más de un año, lo mismo que la ventanilla única que evitaba que estas mujeres tuvieran que peregrinar de departamento en departamento para buscar una salida a su situación.

Por otro lado, los diez años de andadura de la, también socialista, Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género han servido para desmontar totalmente algún prejuicio de los detractores de esta lucha, como eran las llamadas “denuncias falsas”. Y con todo y a pesar de la utilidad y del reconocimiento internacional recibido por esta ley, las mujeres continúan sufriendo violencia de género y el número de asesinatos, lejos de disminuir, aumenta. Da la impresión de que a muchos gobiernos no les importa, porque miran hacia otro lado y recortan en recursos.

Creo que se ha retrocedido en este ámbito y que entre todos y todas debemos denunciarlo y reclamar medidas como la puesta en marcha de programas educativos que erradiquen de raíz esta lacra. Urge también la puesta en marcha inmediata de un órgano unificado, una ventanilla única, que dé una respuesta integral y eficiente a las mujeres víctimas de la violencia sexista, así como a sus hijas e hijos. Necesitamos, asimismo, que se aplique la Ley de Violencia de Género en toda su dimensión.
También es imprescindible para combatir los malos tratos una mayor implicación de mujeres y hombres. Todas y todos debemos luchar por una sociedad más igualitaria. Una buena práctica para incrementar nuestro rechazo a la violencia machista es reflexionar sobre qué podríamos hacer cada vez que veas un bando pegado en tu portal que nos advierta de una nueva agresión.
Opciones hay muchas: acudir a la siguiente concentración de repulsa (si no hay más, Andereak suele celebrar una todos los jueves, a las 20.00 horas, en el pórtico de Andra Mari), difundir lo ocurrido entre tus amistades o denunciar cualquier comportamientos machista que detectes, entre otras. Solo así demostrarás que tú también quieres erradicar la violencia de género.

Pilar Ríos 
www.durangon.com

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