- El criminal, de 26 años, tenía una condena por violencia de género contra su anterior compañera.
- «He matado mi vida», envió por teléfono a un conocido antes de entregarse a la Ertzaintza.
Se llamaba Caridad de los Ángeles Rodríguez Arrieta, tenía 39 años, y es el último nombre de la macabra lista de la violencia de género. Su novio, un joven de 26 años con numerosos antecedentes policiales, entre ellos un delito por violencia de género a una anterior pareja, ha confesado a la Ertzaintza ser el autor del asesinato, cometido en la tarde del domingo en la vivienda de la mujer, un piso de alquiler social al que mudó hace apenas cuatro meses, en el barrio Larramendi de Tolosa. Ángeles, de nacionalidad cubana, tenía un hijo de doce años que en el momento del suceso estaba con su padre, de quien la mujer se había divorciado aunque mantenían «una correcta relación», manifestaron conocidos de la víctima.
Fue precisamente su exmarido quien avisó a la Ertzaintza sobre las ocho de la tarde del domingo de que Ángeles no respondía al teléfono y no le abría la puerta del domicilio. Al parecer, fue alertado de que algo grave había sucedido a través de un amigo. Este último recibió esa misma tarde un SMS del presunto autor de los hechos, J.A.G., vecino de Irún. «He matado mi vida», envió por escrito. «Ahora busco dónde morir». En esa breve comunicación, el joven le indicó a su interlocutor que avisara a la expareja de la víctima.
Alertado del siniestro mensaje, el exmarido cogió el coche en San Sebastián, su lugar de residencia, y se dirigió al domicilio de Ángeles, en Tolosa. No obtuvo respuesta. Varios ertzainas accedieron a la vivienda, donde localizaron el cadáver de la víctima en una habitación. Según fuentes del Departamento de Interior, el cuerpo presentaba un corte en el cuello, al parecer infligido con uno de los cuchillos que se encontraron en el mismo lugar.
Tres horas más tarde, y mientras los ertzainas aún recogían pruebas, el compañero sentimental regresó al domicilio y admitió ante los agentes la autoría del crimen, por lo que fue arrestado. El hombre, de padre irunés y madre marroquí, presentaba varios cortes en el antebrazo, al parecer autolesiones, por lo que fue atendido en la clínica de Tolosa y remitido a la unidad de psiquiatría del Hospital Donostia. Ayer regresó a la comisaría de Tolosa de la Ertzaintza, donde permanecerá hasta ser puesto a disposición judicial una vez se completen las diligencias policiales.
«Peleas y gritos»
Ningún vecino vio ni oyó nada, o al menos eso manifestaron ayer por la mañana, cuando trascendió la trágica noticia. Muchos de ellos, de hecho, se enteraron a través de los numerosos periodistas que se desplazaron hasta allí. El inmueble se encuentra en un barrio de reciente construcción en la que se incluyen pisos de vivienda libre, tasados y de protección oficial. En el número 25 de la calle Uzturre, donde vivía la mujer, residen vecinos de la zona que fueron realojados por las obras y otros inquilinos a quienes se les había adjudicado por sorteo un piso de alquiler social.
Ese era el caso de Ángeles. Hacía cuatro meses que se había mudado a su nueva casa. «Cuando le vi en el sorteo le di la enhorabuena. Se le veía contenta, como que se le abría la vida», manifestó uno de los pocos vecinos que manifestaron conocer a la víctima algo más que «de vista». El hombre la definió como una mujer «que había sufrido mucho», «con problemas, porque la vida no se había portado muy bien con ella. Pero no hay derecho a pagar ese precio», dijo. En los cuatro meses de convivencia vecinal, se habían sucedido «los gritos y peleas» en el primer piso letra F, donde ocurrió el crimen. Cuando este vecino regresó el domingo por la noche a casa no le «pilló de sorpresa» la presencia policial, pues manifestó que en reiteradas ocasiones habían sido requeridas la Ertzaintza y la Guardia Municipal por problemas de la pareja que él mismo había denunciado. «Pensé que era una más», aseguró. Pero no lo fue. «No hay derecho a esto», lamentó.
No consta que la víctima hubiera presentado denuncia previa por malos tratos, indicó Interior. «A nosotros nunca nos comentó si había tenido problemas con su pareja», aseguraron dos personas con las que había trabajado en un bar de Tolosaldea. «Había superado un cáncer de mama hacía tres años. Ahora la veíamos muy ilusionada. Nadie se merece ese final».
Ayer mismo, el Consistorio tolosarra celebró un pleno extraordinario para condenar el crimen. Al término de la sesión se desarrolló una concentración de condena en la plaza del Triángulo, bajo el lema en euskera 'Basta ya, prevenir la violencia machista'. Alrededor de doscientas personas, incluidos representantes institucionales y sindicales, acudieron a la protesta, que se cerró con la lectura de un comunicado y un aplauso de solidaridad con la víctima.
LAS VÍCTIMAS
10 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o excompañeros en España en lo que va de año.
www.elcorreo.com
27.03.12 - 02:25 -ARANTZA ALDAZ | TOLOSA.
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27.03.12 - 02:25 -ARANTZA ALDAZ | TOLOSA.
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