"Y
 si a ustedes esa situación de desigualdad les parece justa, allá 
ustedes, pero les recuerdo que el feminismo no asesina. El patriarcado 
machista sí"
, Martes 13 de enero de 2015, por Teresa Mollá CastellsOntinyent
 - Valencia, 02 ene. 15. AmecoPress.- Que nadie se alarme por el título 
de este último artículo del año. Esta madrugada alguien me ha etiquetado
 en un tuit en el que se hablaba del genocidio del feminismo del siglo 
XXI.
Me
 ha dado la risa y la idea de cómo comenzar este último artículo del 
año. Comenzaré diciendo que, al menos para mí, hay tantos feminismos 
como personas feministas, puesto que aunque los objetivos son comunes la
 forma en que cada persona lo vive y lo practica es única.
Precisamente
 por esta cualidad unas personas feministas lo practican en el ámbito 
académico, otras en el laboral, otras en el intelectual, otras desde el 
anonimato militante, otras en las redes sociales y así un largo etc. que
 nos enreda y fortalece multiplicando el discurso para poder llegar a 
todos los ámbitos.
En
 el año que acaba hemos vivido una de las mayores movilizaciones de las 
mujeres en el Estado Español para frenar la barbaridad que pretendía 
imponer el ya (afortunadamente) ex-Ministro Gallardón: la reforma de la 
ley del aborto que nos devolvía a las cavernas en materia de derechos 
sexuales y reproductivos y sobre el derecho a decidir de las mujeres 
sobre su propia maternidad y su propio cuerpo. En su momento comenté mi 
opinión sobre los verdaderos motivos de la dimisión de Gallardón y que 
no fue únicamente la retirada de la ley que pretendía imponer con el 
rodillo de su mayoría absoluta en el parlamento.
La
 movilización sostenida de mujeres de toda clase y condición y la 
demostración pública de nuestro rechazo visibilizada en la gran 
manifestación que tuvo lugar en Madrid el 1 de febrero, fue una potente 
inyección de ánimos para no desfallecer en ningún ámbito y para 
fortalecernos y retroalimentarnos en nuestras propias convicciones 
feministas.
La
 necesidad del feminismo y de todas las personas feministas ya no se 
puede poner en duda puesto que los objetivos a combatir siguen vigentes.
 Las desigualdades entre mujeres y hombres en todos los ámbitos no sólo 
no desaparecen, sino que van aumentando con las medidas que este 
desgobierno facha está tomando con la excusa de esta estafa llamada 
crisis. Y, por tanto desde las diferentes militancias que cada cual 
lleva en su vida, ha de integrar la de la igualdad real entre mujeres y 
hombres, de lo contrario, esas militancias no me sirven.
No
 me sirven propuestas de modelos económicos alternativos si no se 
contemplan medidas específicas de apoyo a las familias para que sobre 
todo las mujeres, pero también los hombres, podamos conciliar de verdad 
nuestra vida laboral, familiar y personal. Tampoco me sirven modelos 
laborales en donde la igualdad sea sólo aparente y no se llegue al 
origen de las verdaderas desigualdades internas e inherentes a la 
condición de persona trabajadora. Tampoco me sirven discursos políticos,
 sean del signo que sean, en donde la igualdad se reduzca a algo de 
maquillaje para acallar posibles voces discordantes y punto. No, todo 
eso ya lo hemos vivido en muchas ocasiones.
La
 traición sistemática e histórica hacia los derechos humanos de las 
mujeres hace necesaria la militancia feminista en todos los ámbitos de 
la vida. De ahí la importancia de la suma de las diferentes y legítimas 
voces feministas de todo signo y condición. No me vale con que sólo las 
opiniones más consideradas sean las únicas referentes. Hemos de aprender
 a escuchar las voces de mujeres anónimas que nos dan cada día lecciones
 de trabajo militante desde su realidad. Y las llamo anónimas porque sus
 nombres no aparecen en las redes sociales o en las listas de partidos 
políticos u otro tipo de organizaciones, pero su trabajo de militancia 
cotidiana les otorga todo mi respeto y admiración.De mujeres y de hombres, porque el discurso de la necesidad de la igualdad también va calando entre los hombres que ya comienzan a ver que con sistemas igualitarios salimos ganando todas las personas.
Es importante tener personas referentes a las que acudir en algunos momentos, pero considero más importante la observación cotidiana del trabajo continuado de la gente y aprender de ella. Y en ese sentido esta semana leía un artículo que me provocó rabia puesto que al hablar del año que acaba se refería a él como "el año de las mujeres". Lo leí y la decepción dio paso a la rabia. En él se comentaba que había habido más mujeres en todos los ámbitos y todos los nombres que se exponían eran, obviamente, nombres de mujeres conocidas. Incluso el nombre de Malala fue utilizado con ese fin. Y me enfadé, porque el 2014 no ha sido el año de las mujeres en el sentido que pretendía el artículo.
Este
 año, en todo caso fue el de la manifestación explícita de la necesidad 
de la lucha feminista para frenar mayores retrocesos en nuestros 
derechos humanos en todos los aspectos y ámbitos. Fue el año de las 
mujeres anónimas, de las que salieron a la calle para frenar la reforma 
de la ley del aborto. Las que se concentran cada mes y cada vez que se 
nos asesina a una mujer porque el terrorismo machista no se detiene y lo
 que es peor, cuenta con silencios cómplices de demasiada gente 
implicada. Silencio por parte de quienes nos desgobiernan que recortan 
recursos en actuaciones, sensibilización y formación. Con el silencio de
 los de las faldas largas y negras que con su discurso misógino alientan
 desde confesionarios y púlpitos a aguantar esas situaciones. Y con el 
silencio y las actuaciones de algunas gentes de los frufrús que con 
sentencias muy cuestionables llegan incluso a justificar este tipo de 
terrorismo que se ha llevado por delante de forma injustificada la vida 
de más de setenta mujeres. Y estos son sólo algunos silencios, pero hay 
más, muchos más. Y todo ello sin contar el sufrimiento de las otras 
víctimas, las mujeres que lo sufren en la intimidad paralizadas por el 
miedo y por su propia cárcel invisible llamada dependencia emocional.
Dentro
 de unos días iniciamos un año con varios procesos electorales en los 
que las diferentes fuerzas políticas nos van a vender de nuevo en sus 
campañas diversas medidas para "mejorar" la situación. Pero seguramente 
se olvidarán que la situación no se mejorará si se olvidan de la 
desigualdad existente de más de la mitad de la población que vive en 
peores condiciones que la otra mitad. Y para mí eso es fundamental.El feminismo denuncia esa situación de desigualdad real todavía existente en nuestras sociedades. Y esto es considerado por demasiada gente como un atentado contra el poder establecido que sigue siendo patriarcal y, por supuesto androcéntrico. Por eso hay demasiada gente empeñada en criminalizar la militancia feminista, porque supone un peligro a los privilegios heredados a lo largo de la historia por la mitad de la población. Y esto es injusto desde cualquier punto de vista. O por lo menos para mí lo es.
Y,
 por supuesto, y a pesar de lo que algunos se empeñen en denunciar, el 
feminismo no asesina a nadie, porque busca igualar situaciones y 
desmontar privilegios para que mujeres y hombres salgamos ganando. El 
temor de quienes nos acusan a las feministas es el de perder su poder 
sobre las instituciones, comenzando por las familiares y envolverse con 
la capa del victimismo. Y miren señores troles, eso no cuela. Nos acusan
 de ser feministas radicales. Pues yo les digo que si el término radical
 tal y como viene en el diccionario de la RAE y en su primera acepción 
"es un adjetivo relativo o perteneciente a la raíz", pues sí, somos 
radicales porque vamos a la raíz del problema para solucionarlo. Y esa 
raíz se llama patriarcado que conlleva privilegios para la mitad de la 
población en detrimento de la otra mitad.
Y
 si a ustedes esa situación de desigualdad les parece justa, allá 
ustedes, pero les recuerdo que el feminismo no asesina. El patriarcado 
machista sí.
Esperemos
 que el año que vamos a comenzar sea rico en cambios que igualen y nos 
permita seguir enriqueciéndonos con las aportaciones de todo tipo que 
las personas comprometidas con la igualdad. Y que seamos capaces de 
echar a este desgobierno por habernos llevado a las mujeres en 
particular y a la gran mayoría de la sociedad en general a una situación
 peor de lo que estábamos cuando llegaron.
Feliz 2015 militante.
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