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La violencia en el parto, a examen en Durango
La Organización Mundial de la Salud (OMS) difundió en 2014 un documento que denunciaba el trato irrespetuoso y ofensivo que recibían muchas mujeres durante el parto. Más recientemente, en 2019, la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer de Naciones Unidas Dubravka Šimonović publicó un informe que destaca que «la violencia contra las mujeres en el parto está tan normalizada que (todavía) no se considera violencia contra la mujer”.
Como advierte la asociación El Parto es Nuestro, se trata de una violencia no reconocida socialmente que se oculta tras protocolos hospitalarios. Tanto es así que, hace más de cinco años, este colectivo creó el Observatorio de la violencia obstétrica para «visibilizar» este preocupante «fenómeno» sistémico que pone en riesgo el bienestar biopsicosocial de madres y bebés.
Violencia obstétrica: las prácticas agresivas que sufren algunas mujeres en el parto
Episiotomías, cesáreas programadas, partos inducidos… Activistas denuncian que "son síntomas de una sociedad que sufre de machismo y patriarcado", mientras que la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia rechaza la práctica de técnicas invasivas. Esta es la primera entrega de cuatro artículos sobre la violencia obstétrica, que no pretenden cuestionar la labor vital de los ginecólogos y obstetras de la sanidad pública, sino dar voz a las defensoras de los derechos reproductivos.
Declaración de la OMS
Introducción
Garantizar el acceso universal a una salud sexual y
reproductiva segura, aceptable y de buena calidad,
especialmente el acceso a los anticonceptivos y a la
atención de la salud materna, puede reducir drásticamente
los índices globales de morbimortalidad materna.
En
las últimas décadas, han mejorado los índices de parto
en centros de salud, dado que, con mayor frecuencia, se
incentiva a las mujeres a concurrir a estos para la asistencia
del parto mediante estrategias de generación de la
demanda, la movilización de la comunidad, la educación,
los incentivos financieros o las acciones políticas.
Sin embargo, un número cada vez mayor de investigaciones
sobre las experiencias de las mujeres en el embarazo y,
en particular, el parto, plantean un panorama alarmante.
Muchas mujeres en todo el mundo sufren un trato
irrespetuoso, ofensivo o negligente durante el parto en
centros de salud.(1-3) Esta es una violación de la confianza
entre las mujeres y los profesionales de la salud que las
atienden, y también puede ser un importante factor de
desmotivación para las mujeres que buscan asistencia
materna y utilizan estos servicios.(4)
Si bien es posible que,
durante el embarazo, el parto y el puerperio, se trate a las
mujeres de manera irrespetuosa y ofensiva, hay que tener
presente que ellas son especialmente vulnerables durante
el parto.
Estas prácticas podrían tener consecuencias
adversas directas tanto en la madre como en el bebé.
En todo el mundo, muchas mujeres sufren un trato irrespetuoso y ofensivo durante
el parto en centros de salud, que no solo viola los derechos de las mujeres a una
atención respetuosa, sino que también amenaza sus derechos a la vida, la salud, la
integridad física y la no discriminación.
Esta declaración reclama un accionar más
enérgico, diálogo, investigación y apoyo en relación con este importante problema
de salud pública y de derechos humanos.
Inés Vivanco Berástegui en Andragunea de Durango durante la charla "Violencia obstétrica: violencia invisible "por tu propio bien".
A la charla acudieron alrededor de 40 personas y se pusieron de manifiesto por parte de mujeres jóvenes sus testimonios de las diferentes formas de violencias que han sufrido por parte del sistema sanitario.
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