Los juzgados recibieron 3.395 denuncias, aunque la Ertzaintza tuvo constancia de 4.858 casos de maltrato
21.02.12 - 02:16 -LUIS LÓPEZ llopez@elcorreo.com
Hay muchos indicadores para medir la incidencia de la violencia machista: las denuncias presentadas, los casos conocidos por la Ertzaintza, las llamadas al teléfono 900 840 111... Da igual hacia donde se mire. Durante el año pasado las agresiones a mujeres por parte de sus parejas o excompañeros aumentaron en Euskadi más de un 13%. Y eso que el País Vasco es la comunidad autónoma donde esta lacra tiene menos incidencia, al registrar 8,5 casos por cada 10.000 mujeres, según datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). «Cuando hablamos de datos hay que interpretarlos con cautela», se arranca, prudente, Mariola Serrano. La directora de atención a las víctimas de violencia de género incide en primer lugar en las denuncias que han llegado a los juzgados durante el año pasado: 3.395, un 13,77% más que en 2010, cuando fueron 2.984, según los datos del Departamento vasco de Interior. A juicio de Serrano, este repunte podría explicarse en el hecho de que «las mujeres están respondiendo a las llamadas de la Administración para que denuncien la situación de violencia que sufren». La cuestión es que, explica la directora, sólo mediando una denuncia las víctimas tienen acceso a ciertas medidas de protección (pulseras GPS, órdenes de alejamiento, contravigilancia...). «Estamos haciendo un esfuerzo muy importante para que las mujeres denuncien», insiste Serrano. De modo que el incremento de los procesos judiciales no tiene por qué ser interpretado de manera negativa, sino como que el fenómeno cada vez es más visible y las mujeres deciden en mayor medida poner punto final al abismo en el que viven. Pero es que, además, también se han disparado las 'victimizaciones', es decir, el total de agresiones conocidas por las autoridades. Aquí no sólo se incluyen los casos de violencia que han llegado a los juzgados, sino también aquellos de los que la Ertzaintza ha tenido conocimiento pero que no han terminado en denuncia: en 2011 se registraron 4.858, frente a los 4.285 del ejercicio anterior. Es decir, un 13,37% más. Buena parte del repunte podría tener su justificación en «la respuesta ciudadana» ante un problema que la sociedad, cada vez en mayor medida, asume que va más allá del ámbito privado. Es decir, vecinos que llaman a la Policía cuando saben de algún ataque, médicos que ven indicios de maltrato en una paciente... «Cada vez hay más personas que ponen estos casos en conocimiento de las autoridades», dice Mariola Serrano. Dimensiones desconocidas De dar por buena esta hipótesis, lo que estaría ocurriendo es que «se está visualizando» cada vez más este tipo de violencia, «aunque sólo somos testigos de una parte del problema», cuyas dimensiones aún son desconocidas. Sin embargo, la directora de atención a las víctimas admite que el aumento de agresiones también puede responder a un repunte «coyuntural». ¿Quizás por la crisis económica? «No», ataja. Tal razonamiento desviaría la atención de la raíz real del problema, que no es otra que «la desigualdad entre hombres y mujeres», también conocida como machismo. En el Gobierno vasco recuerdan que para conocer la evolución real de un problema de esta magnitud es necesario observar su desarrollo durante periodos temporales más amplios. Así, recuerdan que 2010, el año con el que ahora nos comparamos, fue el menos malo en materia de violencia de género desde que se elaboraron las primeras estadísticas, en 2002. Durante la pasada década las agresiones no dejaron de subir año a año hasta que en 2010 cayeron un 8%. Y ahora regresamos a datos anteriores. Pero no es de datos de lo que estamos hablando, sino de historias desesperadas donde la violencia se adoba con dependencia económica, emocional y miedo. Para encontrar aliento, las mujeres que sufren estas situaciones disponen del teléfono de atención y 'contención emocional' 900 840 111. Es gratuito y no deja rastro en la factura. Opera como tabla de salvación para víctimas que buscan complicidades o valoran dar un paso para poner fin al martirio. Pues bien, las psicólogas encargadas de este servicio dependiente del Gobierno vasco atendieron el año pasado 5.193 llamadas, frente a las 3.466 del ejercicio anterior.
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21.02.12 - 02:16 -LUIS LÓPEZ llopez@elcorreo.com
Hay muchos indicadores para medir la incidencia de la violencia machista: las denuncias presentadas, los casos conocidos por la Ertzaintza, las llamadas al teléfono 900 840 111... Da igual hacia donde se mire. Durante el año pasado las agresiones a mujeres por parte de sus parejas o excompañeros aumentaron en Euskadi más de un 13%. Y eso que el País Vasco es la comunidad autónoma donde esta lacra tiene menos incidencia, al registrar 8,5 casos por cada 10.000 mujeres, según datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
«Cuando hablamos de datos hay que interpretarlos con cautela», se arranca, prudente, Mariola Serrano. La directora de atención a las víctimas de violencia de género incide en primer lugar en las denuncias que han llegado a los juzgados durante el año pasado: 3.395, un 13,77% más que en 2010, cuando fueron 2.984, según los datos del Departamento vasco de Interior. A juicio de Serrano, este repunte podría explicarse en el hecho de que «las mujeres están respondiendo a las llamadas de la Administración para que denuncien la situación de violencia que sufren».
La cuestión es que, explica la directora, sólo mediando una denuncia las víctimas tienen acceso a ciertas medidas de protección (pulseras GPS, órdenes de alejamiento, contravigilancia...). «Estamos haciendo un esfuerzo muy importante para que las mujeres denuncien», insiste Serrano. De modo que el incremento de los procesos judiciales no tiene por qué ser interpretado de manera negativa, sino como que el fenómeno cada vez es más visible y las mujeres deciden en mayor medida poner punto final al abismo en el que viven.
Pero es que, además, también se han disparado las 'victimizaciones', es decir, el total de agresiones conocidas por las autoridades. Aquí no sólo se incluyen los casos de violencia que han llegado a los juzgados, sino también aquellos de los que la Ertzaintza ha tenido conocimiento pero que no han terminado en denuncia: en 2011 se registraron 4.858, frente a los 4.285 del ejercicio anterior. Es decir, un 13,37% más. Buena parte del repunte podría tener su justificación en «la respuesta ciudadana» ante un problema que la sociedad, cada vez en mayor medida, asume que va más allá del ámbito privado. Es decir, vecinos que llaman a la Policía cuando saben de algún ataque, médicos que ven indicios de maltrato en una paciente... «Cada vez hay más personas que ponen estos casos en conocimiento de las autoridades», dice Mariola Serrano.
Dimensiones desconocidas
De dar por buena esta hipótesis, lo que estaría ocurriendo es que «se está visualizando» cada vez más este tipo de violencia, «aunque sólo somos testigos de una parte del problema», cuyas dimensiones aún son desconocidas. Sin embargo, la directora de atención a las víctimas admite que el aumento de agresiones también puede responder a un repunte «coyuntural». ¿Quizás por la crisis económica? «No», ataja. Tal razonamiento desviaría la atención de la raíz real del problema, que no es otra que «la desigualdad entre hombres y mujeres», también conocida como machismo.
En el Gobierno vasco recuerdan que para conocer la evolución real de un problema de esta magnitud es necesario observar su desarrollo durante periodos temporales más amplios. Así, recuerdan que 2010, el año con el que ahora nos comparamos, fue el menos malo en materia de violencia de género desde que se elaboraron las primeras estadísticas, en 2002. Durante la pasada década las agresiones no dejaron de subir año a año hasta que en 2010 cayeron un 8%. Y ahora regresamos a datos anteriores.
Pero no es de datos de lo que estamos hablando, sino de historias desesperadas donde la violencia se adoba con dependencia económica, emocional y miedo. Para encontrar aliento, las mujeres que sufren estas situaciones disponen del teléfono de atención y 'contención emocional' 900 840 111. Es gratuito y no deja rastro en la factura. Opera como tabla de salvación para víctimas que buscan complicidades o valoran dar un paso para poner fin al martirio. Pues bien, las psicólogas encargadas de este servicio dependiente del Gobierno vasco atendieron el año pasado 5.193 llamadas, frente a las 3.466 del ejercicio anterior.
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