¿Sigue siendo necesario el feminismo?
Mientras
exista una sola mujer en el mundo a quien hayan pisoteado uno sólo de
sus derechos humanos, el feminismo no sólo será necesario, será
imprescindible
Estado Español, Opinión, Feminismo, Derechos humanos, Valencia, Martes 22 de enero de 2013, por Teresa Mollá Castells
Ontinyent
– Valencia, 21 ene. 13. AmecoPress.- Esta semana alguien me preguntó si
el feminismo seguía siendo necesario en los tiempos en los que vivimos.
El argumentarlo para justificar la no necesidad del feminismos en
nuestra sociedad actual fue el que he escuchado miles, por no decir
millones de veces: Que si la Constitución y su artículo catorce, que si
la “discriminación positiva” que se está dando, que si las mujeres somos
unas maltratadoras psicológicas, que pretendemos que nos “mantengan”,
que si hay tantas denuncias por violencia de género es por los medios
que exageran mucho y sólo sacan los casos de mujeres pero también hay
hombres maltratados y no salen en los telediarios, que si los “pobres
hombres” se encuentran acorralados y ya no saben cómo relacionarse con
nosotras porque temen ser denunciados a la mínima broma que nos pueden
gastar,…y así un largo etcétera.
Aseguro
a quien pueda leer esto que hice un ejercicio de paciencia voluntaria
para escuchar (de nuevo) este argumentarlo por ver si alguna novedad
pero sólo había una y no estaba en el mensaje, sino en quien lo
sustentaba: Una mujer joven, de unos apenas veinte años.
Y
voy a comenzar mi respuesta diciendo lo mismo que le dije a ella: que
soy feminista por convicción y que mi pretensión es que los derechos
humanos de hombres y mujeres sean realmente los mismos en todas partes y
desmaquillar y desnudar las desigualdades para hacerlas visibles y
corregirlas. Que no me vale el llamado “derecho natural” que justifica
que somos diferentes porque la naturaleza nos ha hecho diferentes.
A
partir de ahí intenté (creo que sin mucho éxito al menos de inmediato)
explicarle a esta joven que el feminismo no sólo era necesario, sino que
es imprescindible si realmente nos creemos que somos una sociedad
democrática.
Y
es necesario porque aunque no se quiera ver, seguimos tratando de forma
desigual a niñas que a niños incluso antes de nacer, porque nos
socializamos de manera desigual y por tanto asumimos roles desiguales.
Porque
el patriarcado pervive en cada rincón de nuestra mente e incluso de
nuestros corazones permitiendo incluso que haya gente que justifiquen la
mayor de las desigualdades: el terrorismo machista. Porque sigue
habiendo instituciones como la iglesia católica que niega explícitamente
derechos a las mujeres y sigue considerándonos como subsidiarias de los
hombres y otras como la RAE que consideran a través de sus definiciones
que las madres no engendramos sólo parimos. Porque se siguen pisoteando
nuestros derechos y libertados, como por ejemplo nuestro derecho a
decidir sobre nuestro propio cuerpo y nuestra maternidad. Porque se nos
siguen relegando a puestos de segunda o tercera categoría en los
espacios de toma de decisiones. Porque seguimos cobrando menos por
realizar el mismo trabajo. Porque aunque las aulas universitarias están
llenas de mujeres, son los hombres quienes las dirigen.
Porque
aunque las mujeres tenemos una mayor expectativa de vida, los estudios
sobre salud se siguen realizando mayoritariamente sobre los hombres.
Porque la historia nos sigue ocultando las obras de arte y aportaciones
de todo tipo realizadas por mujeres. Porque nuestros cuerpos de mujeres
son utilizados como campos de batalla allá donde los hombres lo deciden
sea en un conflicto armado o en un conflicto de pareja. Porque nuestros
cuerpos de mujeres son secuestrados y maltratados para ser explotados
sexualmente en otros países o lugares del mundo. Porque los derechos
humanos de las mujeres son pisoteados sistemáticamente en muchas zonas
del mundo e incluso de nuestro mundo particular. Porque los espacios
simbólicos que nos imponen ya existe toda esa desigualdad y violencia
simbólica o estructural desde antes de nacer. Porque la pobreza de ceba
en mujeres y niñas. Porque nos matan por ser mujeres.
Y así muchísimos argumentos más
y que se podría resumir en uno: Mientras exista una sola mujer en el
mundo a quien hayan pisoteado uno sólo de sus derechos humanos, el
feminismo no sólo será necesario, será imprescindible.
Porque
el feminismo es una forma de vivir y de pensar que considera a las
personas humanas, seres libres y con plenitud de derechos y de
potencialidades más allá de su género. Porque busca fomentar las
fortalezas de todas las personas para construir una sociedad igualitaria
y justa. Porque busca la justicia social en todos los ámbitos. Porque
pretende equilibrar el androcentrismo con la igualdad y la plena
libertad de todas las personas, desmontando el patriarcado y los
aspectos simbólicos que le representan para construir espacios de
igualdad real y efectiva al tiempo que pretende que los talentos de más
de la mitad de la población mundial se incorporen en todas las esferas
de la vida. Porque pretende romper y eliminar privilegios históricos
para con la mitad de la población. Porque se cuestiona el orden de las
cosas para deconstruirlo y volverlo a construir desde una perspectiva
más solidaria. Porque la violencia no aporta nada positivo a las vidas
de las personas en ningún sentido. Porque es una manera de vivir y no
sólo de pensar que nos iguala y nos acerca. Porque entiende que poder y
autoridad no son lo mismo y busca relaciones humanas mucho más
horizontales y simétricas. Porque no trata a las personas como objetos y
les devuelve la integridad y la dignidad total que han de tener como
seres humanos libres.
Y
afortunadamente muchas mujeres jóvenes e incluso hombres vienen detrás
pisando muy fuerte y apostando incluso por nuevas formas de feminismos
que serán los del mañana, aunque el objetivo ha sido, es y será el
mismo: la lucha por una igualdad real y efectiva de derechos y
oportunidades entre todas las personas y en todos los ámbitos de
nuestras vidas.
Foto: Archivo AmecoPress
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