Miguel Lorente
analiza las consecuencias del posmachismo y los márgenes de actuación
en la lucha contra la violencia que acaba con la vida de una mujer cada
10 minutos
Madrid, 26 jun. 14. AmecoPress. Miguel
Lorente ha hecho una “resonancia magnética” a la violencia de género
para evidenciar “tejidos blandos”, que no se ven, y “zonas oscuras” que
no se advierten suficientemente. Lo ha planteado dentro una jornada
organizada por la Asociación de Mujeres Juristas Themis con motivo del X
aniversario de la Ley Integral contra la violencia de género y que se
celebra a lo largo del día en el Salón de actos del Consejo General de
la Abogacía Española.
La situación no
es halagüeña. Los datos muestran que la violencia de género ha
aumentado. Mientras en el año 2006 había 400.000 mujeres que vivían bajo
la violencia, en 2011 llegaron hasta 600.000. Es decir, en los años en
los que se contó con más recursos y medios para abordar la violencia
machista, esta creció en un 50 por ciento.
“No es porque
la ley no sirva”, advierte Lorente. Sino por el posmachismo, una
reacción a los cambios sociales que están impulsando las mujeres. “Ellas
lideran unas transformaciones que rompen con ese corsé de roles y
espacios que les impedía incorporarse en igualdad a la sociedad y
disfrutar de libertad e independencia. En cambio, los hombres no cambian
y permanecen en esa idea de que su mujer debe hacer lo que se espera de
ella, es decir, ser ante todo una buena esposa, madre y ama de casa. Y
cuando intentan imponer ese criterio y la mujer no lo acepta, recurren a
un mayor grado de violencia, y cuando este aumento de la violencia
también fracasa y la mujer decide no continuar con la relación, se entra
en la zona de riesgo del homicidio”.
Lorente ha
señalado que no debemos limitarnos solo a las denuncias. Según la
macroencuesta de 2011, de las casi 600000 mujeres sometidas a la
violencia de género, solo el 22 por ciento de los casos denunció, es
decir, “la inmensa mayoría no denuncia, algo que choca con el mito de
que se denuncia falsamente”. Es una de las “zonas oscuras”.
Estas mujeres
que no denuncian aún sufriendo violencia, o siguen aguantando, o se
separan. Y cuando lo hacen, los hijos e hijas, que han estado viviendo
la violencia por parte del padre, no quieren verle. Surge entonces una
perversa interpretación: la madre manipula, lo que se ha estipulado
incluso en el falso síndrome llamado SAP. “Todo esto es consecuencia de
muna violencia previa que no se investiga”, ha explicado Lorente. Nueva
“zona oscura”.
En el análisis
de la violencia contra las mujeres que ha ofrecido el experto ha
destacado la llamada de atención sobre la “tolerancia” y la
"normalización" de la misma. Según el Eurobarómetro de 2010, en Europa
hay un 3 por ciento de personas que considera “aceptable” la violencia
de género en determinadas circunstancias y un 1 por ciento en todas. Eso
se traduce que en España, de entrada, hay dos millones de personas que
piensan que esta violencia es justificable en algunas circunstancias.
Maltratadores y asesinos
También ha
criticado que, al analizar la violencia machista, se desvíe la mirada y
se deje al responsable en segundo plano. Desde que se contabilizan las
víctimas de esta lacra, ha habido 700 mujeres asesinadas, lo cual quiere
decir que hay 700 hombres asesinos.
Por cierto que
“no son borrachos, ni actúan como consecuencia de las drogas”, ha dicho
Lorente, que está analizando las sentencias de los 346 homicidios
acontecidos entre 2001 y 2010. Los agresores saben lo que hacen y
“aceptan las consecuencias de sus actos”, actúan más cuando la mujer se
separa -ven en peligro su dominio- y en los crímenes se advierte la
expresión de una violencia acumulada –no es puntual- y también
indicadores de odio y ensañamiento –la media de puñaladas es de 23 y un
33,5 por ciento de los asesinos matan con sus propias manos-.
Investigación de la violencia previa y denuncias
En cuanto al
aspecto institucional, analizando los estudios de condenas que ofrece el
Observatorio de Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del
Poder Judicial, Lorente ha advertido que “hay circunstancias
relacionadas con la investigación y la instrucción que afectan al
resultado y se traduce en menos sentencias condenatorias”.
Es claro que el
riesgo de asesinato es mayor para aquellas mujeres que no denuncian.
Pero no podemos obviar que de las 295 mujeres muertas en los últimos 5
años –sin contar las de 2014-, 72 habían denunciado. “Donde tenemos más
margen para actuar es tras la denuncia”, ha dicho Lorente, “y cuando los
juzgados conceden medidas de protección, el riesgo baja”. Pero ha
advertido que la campaña machista de las “denuncias falsas” se traduce
en la percepción de la propia víctima, en los juzgados, en el entorno,
en todo.
Para el que
fuera Delegado del Gobierno para la Violencia de Género, el avance en la
protección de las mujeres tiene que ver con la valoración del riesgo
–“contamos con un protocolo creado por Inmaculada Montalbán que puede
ayudar mucho”- y con adoptar los mecanismos adecuados, como las pulseras
que permiten detectar la proximidad del agresor.
El especialista
ha insistido en no ir solo a lo evidente. Una de las claves está en los
y las profesionales de la salud. “Las mujeres que sufren violencia van
más a los centros de salud, por distintos motivos, a veces no demasiado
evidentes, y no están siendo tratadas como tales, a veces por falta de
formación del personal médico”.
Posmachismo institucional
Lorente ha
denunciado que el posmachismo social “está pasando a ser un posmachismo
institucional”, que se expresa en los cambios planteados a la Ley
Integral –buscando esconder la violencia que sufren las mujeres en el
contexto doméstico o familiar-, la supresión de Educación para la
ciudadanía, los recortes en materia de salud, los indultos a guardias
civiles que se burlan de agresiones sexuales, o la reforma de la actual
ley del aborto.
Este
posmachismo “utiliza la confusión como aliada para que todo siga igual
bajo la desigualdad”. Bajo el juego de que “toda la violencia es
importante”, insisten en destacar que las mujeres también hacen el mal.
Intentar mezclar todas las violencias, sus diferentes circunstancias y
los distintos objetivos que persiguen, es no querer solucionar ninguna
de ellas y dejar que todo transcurra como hasta ahora. Pero como Miguel
Lorente ha explicado, “estas reacciones y argumentos demuestran de
manera directa que la desigualdad no es casual y que la violencia de
género no es un accidente, sino todo lo contrario. “La realidad es
resultado de algo que se hace”.
En la jornada
“X Aniversario de la Ley Integral: evaluación y propuestas de mejor” se
analiza y se debate sobre los avances alcanzados y medidas contempladas
en la L.O. de Medidas de Protección Integral contra la violencia de
género, así como la realización de propuestas en esta materia.
Además de
Lorente, intervienen Ángela Cerrillos Valledor, presidenta de la
Asociación de Mujeres Juristas Themis, Elena Granados Vaquero,
Subdirectora general de la asistencia a las víctimas de violencia de
género de la Dirección General de la Mujer de la Comunidad de Madrid,
Inmaculada Montalbán Huertas, magistrada y ex presidenta del
Observatorio de violencia doméstica y de género del CGPJ, y Montserrat
Linares Lara, abogada y vicepresidenta de la Asociación de Mujeres
Juristas Themis.
Fotos: AmecoPress
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Estado español – Legislación y género – Violencia de género – Encuentros y Jornadas; 26 junio. 14. AmecoPress
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