La socióloga, experta en violencia de género entre jóvenes, imparte talleres para adolescentes en el Instituto Andaluz de la Mujer | Los medios de comunicación siguen repitiendo estereotipos machistas, según Ruiz
La socióloga y experta en género Carmen Ruiz Repullo tiene muy claro que las redes sociales pueden ser un instrumento potente para perpetuar y potenciar las actitudes machistas. Los jóvenes siguen interiorizando estas actitudes desde su entorno social, la familia y los medios de comunicación. La idea que el amor romántico se demuestra a través de los celos o la creencia de que amar es sufrir siguen aún vigentes. De este modo quizás no resulten tan llamativos datos como que una de cada tres víctimas de la violencia de género es menor de 30 años o casos como el último acontecido en Tàrrega, donde un joven de 18 años acabó con la vida de su novia de apenas 14.¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI sucedan cosas así, pese a la multitud de campañas que muestran que la violencia de género es una de las mayores lacras de nuestra sociedad?El mensaje es bien conocido. Hemos educado mucho desde los discursos y hemos hecho creer que existe una cierta igualdad cuando en realidad sólo es un espejismo. Los medios de comunicación están mostrando modelos de chicos y chicas totalmente machistas y patriarcales. Los jóvenes siguen aún hoy interiorizando la imagen del chico deseable como aquel que está muy seguro de sí mismo, sabe lo que quiere y lo toma sin oposición. Es un chico que no admite un 'no' por respuesta, un tanto chulo, el típico chico malo. Uno de esos modelos es el personaje de H en la popular A tres metros sobre el cielo de Federico Moccia. Por contraposición a este modelo, el chico sensible, inteligente y estudioso tiene que esconder en la mayor parte de los casos esas características si quiere presentarse como alguien deseable.
¿Cómo afectan en este entorno tan continuista las redes sociales y las nuevas tecnologías?Se hace un mal uso de ellas. Pueden llegar a aumentar el poder de los maltratadores. No es que las redes sociales aporten más violencia, sino que en muchos casos se convierten en un instrumento de control, un nuevo espacio en el que ejercer violencia de género. Sobre todo para el chico celoso, característica que aún hoy se considera una virtud del amor romántico. Ahora tiene muchas más opciones de controlar a la chica.
¿Cuáles son las situaciones más comunes en las redes sociales?Por ejemplo a través de la aplicación de mensajes por móvil Whatsapp. Ahí se da con frecuencia la situación en la que el chico manda un mensaje a su novia y la ve conectada pero no recibe contestación hasta pasado un tiempo. Inmediatamente piensa que su chica está hablando con otra persona, seguramente otro chico, y le está siendo infiel. Es una situación que se repite hasta la saciedad hoy en día. En otros casos, cuando una chica decide romper una relación, el chico utiliza el muro de su red social para someterla a escarnio ante todo su grupo de amigos, a través de comentarios. Es una forma de amenazar y de desprestigiar a su expareja. También se da el extremo en el que para demostrar confianza en la pareja, la chica le da a su novio las contraseñas de correo electrónico y redes sociales. Así el novio quita fotos que no le gustan, rompe con amistades que le molestan. Es una manera de aislarla de las personas que la rodean. En cualquier caso, quiero dejar claro que las redes sociales no son el demonio, son una fantástica vía de comunicación si se usan bien.
¿Qué se debería hacer para dejar de transmitir estos valores machistas entre los jóvenes?El modelo se refuerza desde el grupo de iguales y desde la familia sin darnos cuenta. En la educación reglada también se refuerza ese modelo. No les mostramos nuevos modelos de ser chico o chica. Lo que más se puede hacer es formar en esos nuevos modelos y concienciar a los jóvenes de que hay otro tipo de relaciones. Hay que reconstruir un nuevo tipo de masculinidad en la que los patrones patriarcales no estén presentes, que se valore un chico que es sensible, que expresa los sentimientos. El problema es que desde todos los ámbitos se educa en la masculinidad mal entendida y tradicional. Es el modelo de éxito, también incluso para las mujeres, que tienen que copiar esos modelos masculinos. También en las escuelas habría que dar más presencia a los alumnos que hacen bien su trabajo, pero son más discretos. Se le sigue dando demasiada atención a aquel que busca llamar la atención en el aula. Exponer como modelo de éxito al chico que estudia y escucha. Que la educación en la igualdad vuelva a estar presente porque se está dejando de lado.
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